Nadie dijo que fuera fácil, pero la ola de tinta de este océano sigue creciendo y llegando a más lugares cada vez. Con tino, palabras certeras y un gran corazón repleto de literatura, hemos abierto los versos a todos los públicos, recordando al magnífico y querido escritor Miguel de Cervantes Saavedra, mientras hay quien se asocia en su nombre, pero que en esta semana cervantina solo se ha escuchado de su parte, el susurro del silencio.
Ha sido una semana de mucho trabajo y más trajín, portando libros de un lado a otro, pero siempre con la ilusión de quien observa el avance de los días con los matices de la imaginación.
En clave de crónica, hemos estado presentes, en esta última semana, en las ferias de libros de Chinchón, Toledo, Casarrubios del Monte y Getafe, donde seguiremos hasta el 3 de noviembre. También Cristina Sánchez Mateo y yo estuvimos el sábado en las jornadas del libro de Sebúlcor, un pueblo repleto de vida y naturaleza de Segovia, junto a las hoces del río Duratón, y también allí dejamos presente la impronta de la asociación. Y en la tarde del viernes, llenamos de ilusión cervantina y quijotesca el salón Gerardo Diego de la Biblioteca del Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares. Bailes, poemas y música. Fue una tarde inolvidable, que se culminó con una cena en la que el arte volvió a estar muy presente.
Concluyo estas líneas diciéndoos que es un orgullo y un honor estar al frente de este proyecto y de la asociación cultural Océanos de Tinta y solo me queda, una vez más, volver a expresar mi gratitud por todo lo que aportáis a la asociación y porque todos podamos aprender de todos.
GRACIAS y GRACIAS
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